¿Por qué es tan importante la digestión?

El objetivo principal de la digestión es proporcionar energía a las células que nos permiten crecer y desarrollarnos.

Durante la evolución el hombre ha sabido aprovechar esta energía para vivir y adaptarse a un mundo hostil. Así que la digestión no podía ser una balsa de agua, sino más bien un mar agitado. 

Realmente es un proceso complejo pero muy bien diseñado, en donde está todo minuciosamente calculado, en el que manda la química, nada se pierde, todo se transforma.

El aparato digestivo en primer lugar inicia la función de fraccionar los alimentos en sustancias diminutas, estas son examinadas rápidamente y si el sistema las reconoce pasan a la siguiente etapa del camino: la asimilación de nutrientes que alimentan las células.

Así que podríamos decir, que la digestión es nuestro combustible, en definitiva somos lo que comemos, si no funciona correctamente no tendremos energía suficiente para los distintos procesos que maneja el organismo.

Con todo lo dicho, hemos de pensar que nos nutrimos en muchas ocasiones con platos de verduras que puede que ni tan siquiera conozcan la tierra, con alimentos mediocres que no nos transmiten frescura y de composición dudosa, desde un punto de vista nutricional.

Vivimos en un mundo que a veces nos resulta complicado conciliar todo y nos exigimos mucho por ello. Así que en cuanto a la alimentación se refiere, solemos comer rápido, siempre con prisas para llegar a todo, incluso delante del ordenador, de pie, en cinco minutos. Llegamos con hambre y apenas masticamos. Además si añadimos que regamos los bocados con gran cantidad de líquido y finalizamos con un cafecito, ya tenemos montado el festival en nuestros intestinos.

Hay una frase que siempre me ha acompañado en mi vida, la del filósofo de la antigua Grecia, Sócrates “Conócete a ti mismo” y no hay mayor verdad. Si nosotros conocemos cómo somos, cómo funcionamos, encontraremos la salud en todas sus dimensiones.