Segunda parada, el esófago

Viajando por nuestro sistema gastrointestinal

El bolo alimenticio desciende por el esófago, como si de un tobogán se tratase. Éste es impulsado por los movimientos peristálticos hasta llegar al estómago. Todo este proceso sólo requiere respirar bien, el mecanismo funciona de manera autónoma y tarda muy poco tiempo.

Es frecuente que acompañemos la comida con un gran vaso de agua, y eso, sinceramente no nos va ayudar en nuestras digestiones. ¿Por qué no? Básicamente porque diluye las enzimas digestivas de la saliva y más abajo los jugos gástricos.

Así que, por supuesto que es recomendable beber agua, pero en las comidas es mejor en pequeñas cantidades, no regar nuestros bocados.

Es mucho mejor hidratarse con agua fuera de las comidas, cuando tenemos sed. Así remineralizamos nuestro organismo. Por tanto, podríamos decir que beber es salud.