Vivir entre despiertos y dormidos

Hay una frase de Carl Gustav Jung que siempre me ha hecho pensar: » Quien mira hacia fuera sueña, quien mira hacia dentro despierta»

Que importante es la mirada que pones para observar la vida. Según en el momento en que nos encontremos lo vemos todo de color de rosa o negro como el carbón. Y está claro que la vida no es blanco o negro, el gris existe porque los matices siempre son cruciales. Nuestro cerebro interpreta la realidad de modos distintos según lo percibamos, y sin duda la percepción siempre vendrá de la mano en cómo nosotros nos sintamos.

Siempre he pensado que cuando conectas con tu verdadera esencia es parecido a la sensación que uno tiene cuando se sumerge bajo el agua. Es ese momento en que solo importas tu, nadie más. Se detiene el tiempo y es cuando puedes pensar con claridad, no hay ruido y nada que requiera más atención que tus propios pensamientos. Ahí eres consciente de lo importante que es parar a lo largo del día, dedicarte unos minutos para ti. Ya que al salir del agua, vuelven los ruidos, ese bullicio que no te deja pensar con claridad, que sin duda, camufla muchos de tus pensamientos, sobre todo porque en muchas ocasiones lo distorsiona.

Así que creo que es de valientes sumergirte bajo el agua y de vez en cuando sacar la cabeza a la superficie.